sábado, 9 de abril de 2011

Recordándote en el bosque

Cabizbaja y taciturna,entré al bosque
buscando un nuevo perfil en ese día otoñal,
de abril...

Las ramas de los añejos árboles cobijaron mi melancolía.
Recordé...
Cuando nos habíamos conocido,
la forma indiscreta y desfachatada
con que me habías mirado,
hasta me sentí desnuda,
por dentro y por fuera.

Comprendí con el tiempo,que era tu modo,
no sabías otro.

El día que fui tuya por primera vez,
fue mágico...
tus brazos apretándome hasta doler,
tu boca besaba mi cuerpo todo
y resplandecía el fulgor de una mirada trágica,dramática.
Fue maravilloso,palpitar en tu ser,a pesar de
saberte extraño y proscrito en tu interior,
porque me dabas ánimo,sin dejar de besarme
con desesperación.

Ha pasado el tiempo...
diez años ,tal vez,
cuando aquélla tarde,
queriendo llover,
te dije al oído,ya todo pasó,
sigue tu camino,lo nuestro acabó.

Miraste asombrado,
pero sin preguntar,
tomaste tus cosas y partiste ¡ya!

Fue duro el momento,
así debía ser,
las cosas del alma y del cuerpo,
no daban para mas.

He venido al bosque para recordar,
tan solo lo publico por este ramal,
que esos años locos de amor,
jamás volverán.

2 comentarios:

  1. Esta poesía intimista pone de manifiesto tu particular forma de amar. Quizá muy atenta al desgaste. El amor no se acaba nunca. Donde se "acaba" el amor, nunca existió. Al margen de eso, como poesía está bien lograda, pinta una realidad y la sinceridad es parte de la vida aunque duela.

    ResponderEliminar
  2. El amor de la pareja se va cuando no es regado diariamente.Hay que hacerlo florecer y manejarlo
    con entusiasmo,buscando nuevas motivaciones.
    Si, se termina muchas veces,por la rutina.
    El amor de padres a hijos es el único que
    perdura a través del tiempo.

    ResponderEliminar