sábado, 6 de octubre de 2012

Dejarse...

Saturada la tarde en nubes profanas ,

perdía el candor arrullados en magnolias.

Se sentía el calor  de la tormenta ,

en cada prisión aventajada de sus fueros....

Lamían los perros sus huesos secos y

los aromos perdían sus hojas amarillas.

Sólo el candil de tu morada permanecía encendido ,

desde aquél momento fatídico ,donde decidiste perder ,

antes de dejarte ganar por el tiempo.


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